En 1986, cuando John Byrne se hizo cargo de Superman para hacerlo más sofisticado y menos infantil, uno de los muchos detalles que modificó fue el de la visión calorífica. A partir de ahora los dibujantes ya no dibujarían rayos rojos saliéndole de los ojos: ese superpoder se representaría solo con un sutil enrojecimiento de las pupilas de Kal-El
En 2014, en plena era New52, cualquier atisbo de sutileza se ha ido al carajo